Una práctica recurrente en las organizaciones es que al hacer sus planes estratégicos definen sus iniciativas de mejora y portafolio de proyectos en términos de “automatizar” o “sistematizar” los procesos de negocio a partir de la adquisición e implementación de soluciones de tecnologías de la información, sin embargo, en su mayoría de estas acciones se vuelven inversiones muy altas y en proyectos con un alto porcentaje de fracaso. Con el “Boom” de las tecnologías de la información en las últimas dos décadas, los gerentes y directores mantuvieron la creencia de que éstas herramientas son “cajas mágicas” que resolverían todos sus problemas y mejorarían al negocio sustancialmente, dejando en segundo término el modelo y la arquitectura de su negocio, es decir, dejaron que las tecnologías envolvieran sus organizaciones.
En la actualidad, poco a poco las organizaciones han venido retomando el enfoque a su modelo y arquitectura de negocio, colocando a las tecnologías de la información como lo que son, herramientas de soporte al negocio, de ahí podemos recurrir a ejemplos utilizados por otros autores. El caso del servicio de taxis UBER, como un modelo de negocio que se centra en gestionar la información entre los usuarios de taxis y los operadores del servicio, si observamos detenidamente este caso, la sustancia del éxito de la compañía, aunque no lo parezca, se centra en su modelo de negocio y en la arquitectura que lo orquesta, aunque muchas personas crean que es una solución per se de tecnología.
Por qué es importante centrarse en el modelo y la arquitectura de negocio antes de pensar en tecnologías, trataré de argumentarlo con base en lo siguiente.
El modelo de negocio nos ayuda a determinar la industria a la que pertenece la empresa, las metas estratégica, los productos y/o servicios, así como los elementos del entorno y el ambiente de negocios en el que está inmersa la organización, con el fin de centrar la propuesta de valor que se ofrecerá a los clientes.
En el segundo término se encuentra la arquitectura de negocio, que es por así decirlo, los planos arquitectónicos del negocio. En estos planos podemos modelar y entender las partes de la empresa, su sinergia, las relaciones, restricciones, entre otras cosas, con el fin de identificar su dinámica, fortalezas y oportunidades de mejora.
La propuesta del equipo de Consultores Sr de Kipoint Solutions©, es un modelo de arquitectura de negocio que se centra en los siguientes componentes:
Estrategia
Capacidades: Estratégicas, Negocio y Soporte
Estructura organizacional
Flujo de valor (Procesos)
Activos de información
La Arquitectura de Negocio es un modelo sistémico de la organización y tiene como insumo principal el Modelo de Negocio y la Estrategia de la organización, que determinan las directrices a seguir y cómo serán armonizadas en la arquitectura.
Estrategia. En esta capa se establece la visión, la misión, los objetivos y las metas de la organización, así como los aspectos relacionados con las fuerzas especialmente externas, como son el marco legal, la normatividad y las políticas, que tienen influenza sobre la estrategia de la empresa.
La estrategia y los objetivos a su vez, pueden estar definidos en el cuadro de mando integral como lo proponen Robert Kaplan y David Norton en su libro “Cuadro de Mando Integral: Transitando de la Estrategia a la Acción”[1], en las perspectivas financiera, del cliente, interna del negocio, de innovación y aprendizaje, debido a que son los principales motivadores de los directivos de las organizaciones con respecto a sus intenciones estratégicas que, comúnmente están referidas en estas perspectivas en el ámbito del negocio y por consecuencia en el de las tecnologías.
Estructura Organizacional. Es la capa en donde se modela y documenta la estructura organizacional y nos brinda el conocimiento sobre cada componente de la empresa: las unidades de negocio, sus funciones, actividades, responsabilidades y las relaciones entre ellas. Todos estos elementos quedan registrados en datos e información que forman parte de los activos de la organización.
Capacidades. La capa de las capacidades de una organización son las cosas que esta debe “ser capaz” de desempeñar, sin considerar los procesos específicos para hacerlas. Son funciones o componentes de la operación de la organización, sin las cuales ésta no puede sobrevivir.
Las capacidades representan el “qué hace” la organización en los tres niveles de gestión: Estratégico, Sustantivo, Soporte o Apoyo. Estas son el articulador de la ejecución de la estrategia en su nivel funcional, es decir, la que se ejecuta a nivel de cada unidad de negocio y de soporte, ayudando a entender la estructura y los sistemas asociados en la operación, cabe aclarar que al mencionar sistemas no me refiero a software, sino al modelo sistémico organizacional.
Flujo de valor. Describe los grandes conjuntos de procesos, conocidos como macro-procesos, que transforman un producto o servicio, de un estado a otro estado que contiene más valor. La transformación de cada etapa en la subsecuente describe las grandes tácticas de la empresa para generar valor a nivel interno y externo del negocio.
La frase “cadena de valor” fue inventada por Porter[1] e inicialmente se utilizó para empresas de fabricación de productos materiales.
El término “flujo de valor” se propone como un concepto para generalizar a la creación de valor en empresas de otros tipos, como empresas de servicios, organizaciones públicas, educativas, entre otras.
El mapa de flujos de valor describe los grandes conjuntos de procesos en dos niveles de gestión: Procesos sustantivos, de Soporte o Apoyo.
Procesos. Los procesos describen la manera de cumplir tareas específicas que contribuyen a las capacidades de la organización, establecen cómo se transforman los elementos de entrada en productos o servicios de manera estándar, sistemática y controlada. Los modelos de procesos de la organización forman una biblioteca de procesos reutilizables, y son una base para análisis, la mejora y, en la mayoría de los casos, para la automatización.
Los procesos se pueden describir en tres niveles de abstracción que son:
Conceptual, Es la forma más típica de la documentación de procesos y es utilizado para desarrollar los manuales de procesos, con la intención de que todos los miembros de la organización los comprendan para poder ejecutarlos.
Analítico, utilizado como parte de la especificación fina de los procesos y que sirve como elemento de entrada para describir los requerimientos de diseño de software, su uso está dirigido para comunicar el proceso entre la gente del negocio y la de TIC en iniciativas de sistematización o automatización de procesos.
Ejecutable, utilizado para ser configurado y automatizado/sistematizado para su ejecución en una plataforma tecnológica conocida como BPMS-SOA por sus siglas en inglés de Business Process Management System and Service Oriented Architecture.
Información. En esta capa están definidos los activos de información, conocida también como Arquitectura de Información que es la “estructura de datos lógicos y físicos, y sus recursos de gestión de datos”, que establece la taxonomía y campo semántico de la organización, el lenguaje del negocio y la base de conocimiento organizacional.
La información es el hilo conductor del negocio y su alineación es un elemento esencial para la transformación del negocio y el uso estratégico de las tecnologías de la información.
La estrategia digital en las organizaciones
Una vez que se tienen modeladas, documentada, analizada y comprendida la Arquitectura de Negocio estamos listos para establecer los requerimientos de tecnologías de la información, a partir del conocimiento obtenido sobre el Qué hacemos, Cómo lo hacemos, Quiénes lo hacen y Para qué lo hacemos. En este contexto es muy sencillo determinar, ahora sí, qué herramientas nos pueden apoyar al negocio, cuál es la funcionalidad requerida, el desempeño, características, etcétera, lo que hace que tomemos mejores decisiones al invertir, adquirir, implementar y operar una solución tecnológica. En el mercado hay un sin número de soluciones para cada segmento de la empresa, que al estar muy claros en nuestras necesidades, sabremos elegir la mejor opción o en su defecto podremos construir una herramienta a la medida.
Por lo anterior expuesto es necesario que los tomadores de decisiones en las empresas se sensibilicen a este tipo de planteamientos y le den valor a los esfuerzos de Arquitectura de Negocio antes de emprender la estrategia digital de organización, les será más redituable en el mediano y largo plazo además podrán asegurar los resultados de su compañía.